Los claros-oscuros del líder mundial en el ecommerce

por | Sep 25, 2017 | Editoriales

He leído recientemente que la Logística se pone en pie de guerra contra Amazon por los bajos precios y los niveles de exigencia en las entregas. Entre las exigencias del gigante del ecommerce está un acuerdo de exclusividad en el reparto de paquetes y con unos precios y unas condiciones de devolución que son consideradas inasumibles por las empresas de transporte.

En la mente de los operadores logísticos está la recta final del año con fechas tan significativas para Amazon como el Black friday, el Ciber monday y la campaña de Navidad. Parece ser que Amazon ha dejado de ser visto como “un chollo” para el sector, porque deja márgenes inferiores al 1%.

Al mismo tiempo que las empresas de Logística evalúan la conveniencia de trabajar para Amazon, el gigante norteamericano ha cambiado la política de devoluciones para las empresas que venden a través de su marketplace (empresas que venden a través de Amazon pero realizan la logística de entrega por su cuenta). El cambio solo afecta a EEUU, por ahora, pero restringe la capacidad de información del vendedor ante una devolución, puesto que no podrá comunicarse con el cliente para ver qué problema tiene con el producto.

Desde FECE nos preguntamos si Amazon es un ejemplo a seguir. Un gigante del ecommerce como Amazon puede arrastrar al resto del sector a implementar políticas similares, sin la posibilidad de las contraprestaciones que tiene su capacidad de negociación y su situación de liderazgo privilegiado. Amazon juega con ventaja, pero también tiene la responsabilidad como líder de marcar unas pautas en el mercado que no solo lo beneficien a él, sino que favorezcan el desarrollo adecuado del sector.

El mercado actual y el comercio electrónico en particular ha provocado una disolución de muchos límites geográficos e incluso sectoriales, por lo que las fórmulas “de éxito” de algunas compañías son trasladadas a otras en detrimento de un mercado regulado por las características culturales, geográficas o económicas de un entorno concreto. No es lo mismo ser una empresa en un entorno urbano que rural, en una geografía con infraestructuras de comunicación y transporte de alto nivel que en un entorno montañoso o sin carreteras… el mercado al final es resultado de una adaptación al entorno y eso es algo que debe tenerse en cuenta antes de imponer modelos de negocio y exigencias a los proveedores. Y también es algo que debemos asumir los clientes cuando exigimos a cualquier empresa que nos atienda como dicen que lo hacen los líderes (porque una cosa es lo que dicen y otra lo que hacen en algunas ocasiones).

En definitiva, esa es la labor que hacemos organizaciones como FECE, proporcionar un marco de equilibrio entre todos los asociados, representando de forma ecuánime los intereses de todos los actores del mercado, siempre con la mirada puesta en el desarrollo del sector y la protección de sus jugadores, incluidos, por supuesto, los consumidores. Porque al final, todos somos de una forma o de otra, clientes.