La semana pasada se publicaba una noticia acerca de la intención de la Comisión Europea de regular a medio plazo sobre eficiencia energética de otros equipos electrodomésticos y del hogar más allá de televisores y frigoríficos, para asegurar un mayor respeto al medioambiente por parte de los fabricantes de este tipo de aparatos y una mayor oferta de productos respetuosos para los consumidores. Pues bien, parece que no se va a quedar en una mera declaración de intenciones, lo cual celebramos, porque esta semana hemos conocido que los aspiradores ya tienen su propia regulación a partir del 1 de septiembre.
La Unión Europea ha aprobado una legislación que garantiza que sólo aquellos de menor potencia, pero iguales prestaciones, podrán comercializarse, así que los fabricantes comenzarán a retirar del mercado los aspiradores que más consumen, los de 1.600 kilovatios primero, y después el resto, hasta llegar a los de menor potencia. Para 2017 se espera que sólo queden en el mercado las aspiradoras de entre 850 y 900 kilovatios de potencia que mantengan las mismas prestaciones de las más potentes (esto se puede hacer con la tecnología actual). Sin duda, toda una revolución en favor de la eficiencia energética.
Y no sólo eso, la norma introduce un factor no tenido en cuenta hasta ahora: la durabilidad. A partir del 1 de septiembre de 2017 toda aspiradora puesta en el mercado tendrá que cumplir una serie de condiciones (mínimo de horas de funcionamiento del motor, etc.) que garantizan que dure mucho tiempo. La comentada “obsolescencia programada” de los aparatos será superada con este tipo de normativas.
Con todo, parece claro que los consumidores demandarán cada vez más fabricantes responsables y distribuidores responsables; que seamos “verdes” y que además de vender productos lo más respetuosos posibles, coadyuvemos a la correcta gestión de los aparatos obsoletos, nuestro mayor reto.