Lo comentábamos en nuestro blog hace poco tiempo, y lo reiteramos de nuevo en este editorial, tenemos motivos para la esperanza. Las últimas cifras del INE son claras: el PIB está creciendo gracias al aumento del consumo de las familias, el mejor indicador de recuperación económica posible. Somos prudentes, porque, aunque no dejan de aparecer buenas noticias e indicios de recuperación, lo cierto es que la situación de crisis todavía está presente, y las tiendas siguen trabajando con todas sus fuerzas para no acabar el año con pérdidas.
Los datos económicos oficiales parecen respaldados por los de otras entidades: de acuerdo al Observatorio Cetelem las familias parecen menos preocupadas que en años anteriores por los desembolsos de principio de curso, y están dispuestos a gastar más. Y la línea blanca de electrodomésticos creció significativamente en el primer semestre de 2015. No podemos evitar que estos datos nos inviten al optimismo y pensar en que, en efecto, este puede ser el año de la recuperación.
No obstante, también hay que tener en cuenta que se avecina un final de año complejo, ya que la inestabilidad a nivel político puede afectar al buen curso del sector. En efecto, la cercanía de las elecciones y la complejidad del escenario político actual están determinando mucho el sentimiento de inseguridad en todos los actores de la economía. Por nuestra parte seguiremos apoyando y trabajando en pro de los derechos de los asociados y el crecimiento del comercio de proximidad.