Historia de los electrodomésticos

por | Mar 14, 2018 | Consumidor | 10 Comentarios

La historia de los electrodomésticos modernos está íntimamente ligada a la electricidad. Este hecho, de lógica aplastante, sitúa el origen de la cocina tal y como la conocemos en los finales del siglo XIX.

Fue Benjamin Franklin el que descubrió las cargas positivas y negativas y la transferencia de electricidad que tenía lugar entre ellas. A raíz de sus estudios otro gran científico, Edison, inventó la lamparita en 1879 y solo un año más tarde Volta la pila voltaica.

Gracias a estos avances científicos se pudieron perfeccionar los rudimentarios aparatos que se habían inventado hasta ese momento para ayudar en las tareas domésticas y crear otros que empezaron a estar lentamente más y más presentes en los hogares con más recursos hasta el día de hoy en que cualquier casa cuenta ya con un sinfín de electrodomésticos sin los que ya no entendemos nuestro día a día.

Vamos a ver los curiosos orígenes de tres de los imprescindibles de nuestras cocinas:

Lavavajillas

A mediados del siglo XIX Joel Houghton patentó un aparato que consistía en una estructura de madera que se movía manualmente con una rueda para lavar los platos. Pero no fue hasta los años 20 cuando llegaron los verdaderos precursores del lavavajillas moderno, que usaban electricidad y estaban conectados a la instalación de agua de la casa.

Lavadora

El fin de la estampa de las mujeres en el río lavando la ropa ayudadas por una tabla de madera con ondulaciones empezó a tocar su fin en la Inglaterra de 1691 cuando se patentó la primera máquina ideada para lavar la ropa de la casa. Su uso a nivel más popular tuvo lugar al finalizar la II Guerra Mundial. Lo que ahora nos parece un imprescindible, algo irrenunciable, tiene sólo algunas décadas de uso masivo.

Frigorífico

La impagable y ardua tarea de bajar hielo de los neveros de las montañas comenzó sus últimos tiempos cuando Charles Tellier patentó el primer refrigerador en 1876. Aunque el invento tardó aún muchos años en usarse de forma más global, ya en los años 20 era un electrodoméstico comercializado. Poco a poco se fue convirtiendo en lo que hoy vemos como uno de los elementos obligatorios para cualquier casa.

Estos son solo tres ejemplos de lo que en poco más de un siglo ha sido uno de los saltos de longitud más importantes en la vida diaria de millones de hombres y mujeres. Los que han hecho posible que tareas costosas y largas hoy en día se limiten casi solo a pulsar un simple botón, un gran avance al que ya estamos acostumbrados pero que las personas de hace varias generaciones no llegaron ni a imaginar.