¿Qué sabes del reciclaje de teléfonos móviles?

por | Ago 25, 2019 | Comercio

En el mundo se venden diariamente 4,14 millones de teléfonos móviles, que aunque no en todos los casos supone la substitución de un terminal por otro, sí implican el fin de uso de muchos de ellos.

Afortunadamente, el teléfono móvil registra uno de los porcentajes de reciclaje más altos entre los residuos de electrodomésticos y aparatos electrónicos, que oscila entre el 90 y el 97%, según las fuentes, lo que significa que casi todos sus materiales son reutilizables. Además, dicho porcentaje se eleva al 100% en el caso del cargador.

Un teléfono móvil está realizado con plásticos, cobre, elementos cerámicos, sílice, metales no férricos como aluminio, estaño, plata, oro, coltán, paladio y tierras raras (grupo de elementos químicos altamente conductores de la electricidad y con propiedades magnéticas); plomo, resina epoxi y acero, algunos de los cuales pueden resultar perjudiciales para el medio ambiente si no son tratados adecuadamente.

Cuando un teléfono móvil se desecha adecuadamente y no se arroja a la basura con el resto de los residuos sólidos urbanos, los plásticos, que superan el 60% del material extraído de un teléfono desechado, y los metales, son normalmente destinados a la industria automovilística y de productos electrónicos.

¿Y las baterías? Las que se fabrican en la actualidad contienen iones de litio o polímeros de litio. En uno y otro caso, estas son tratadas físico-químicamente por dos razones, la medioambiental y la económica. El litio, el grafito, el cobalto, el níquel o el manganeso contenido en la batería de un teléfono móvil pueden ser muy contaminantes si se desechan sin control, pero también muy valiosos si se recuperan, especialmente en un entorno socioeconómico cambiante con altas variaciones en el precio de las materias primas. Lamentablemente, según la organización Friends for the Earth Europe, en el viejo continente solo se recicla un 5% de las baterías del mercado, lo que además contribuye a la dependencia energética europea.

En este círculo es especialmente relevante el papel del consumidor que quiere deshacerse de su viejo teléfono móvil. Depositarlo en los puntos habilitados en las tiendas donde ha adquirido su nuevo terminal es un gesto sencillo que se suma a la labor de recogida de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos que llevan a cabo los establecimientos. ¿Y los fabricantes? Los mayores fabricantes del mundo no cesan de impulsar la I+D+I, especialmente en el campo de las baterías, para dibujar un círculo económico completo libre de residuos.