Estamos en Julio y en esta época ya se sabe, toca pasar calor. En la calle hay 40 grados y la casa parece un horno. La mayoría de las noches no hay quien pueda dormir y esto acaba afectándonos a nuestro estado de ánimo y a nuestra salud. Es entonces cuando decidimos que es el momento de comprar un aire acondicionado. Pero ¿por cuál decidirse? Y, una vez instalado, ¿qué uso debo hacer de él?
Los expertos aconsejan no abusar de su uso. No es conveniente tenerlo encendido muchas horas ni a una temperatura excesivamente baja.
Para sacar el máximo partido a nuestro aparato, la temperatura programada no debe superar los 12 grados de diferencia con la temperatura exterior. En la mayoría de los casos, unos 24 ó 25 grados centígrados son más que suficientes para sentirnos cómodos a una temperatura agradable. Si cuando llegas a casa y enciendes el aire, esta temperatura te parece un poco elevada, ten paciencia y evita bajarla más, el cuerpo trae el calor de la calle y necesita un tiempo para aclimatarse. Seguro que al cabo de unos minutos te sentirás perfectamente. debemos encontrar el ajuste para alcanzar la temperatura ideal de nuestro aire acondicionado y no afectar al medio ambiente, nuestra salud o nuestra economía.
Y ahora que sabemos cómo utilizarlo veamos cómo elegir el adecuado.
En el mercado hay varios modelos. El split o fijo es el más recomendado para quienes no cuentan con preinstalación de conductos de climatización. Sin embargo, existen situaciones en las que no podemos instalar un equipo fijo, ya sea porque vivimos en un inmueble alquilado o porque no podemos poner el aparato en la fachada. En estos casos, la solución son los aires acondicionados portátiles.
Debemos tener en cuenta también las características de nuestra vivienda:
- El número y tamaño de las ventanas.
- La orientación de la sala a refrigerar.
- La cantidad de luz que entra en la habitación.
- El nivel de aislamiento con respecto al frío o al calor.
- Cuanta gente utiliza la sala habitualmente.
Es muy importante elegir la capacidad correcta. Una unidad pequeña no tendrá potencia suficiente para enfriar la habitación en un día caluroso y una unidad grande enfriará la habitación demasiado rápido y elevará la humedad del ambiente.
Por eso lo mejor es que consultemos a un instalador profesional en nuestro comercio mas próximo. Ellos nos guiarán y nos aconsejarán el aparato más recomendable en nuestro caso para que tanto la potencia de frio como el consumo energético sea el adecuado.