2018 ha sido, sin duda alguna, el año del boom de los vehículos de movilidad personal (VMP) en forma de patinetes eléctricos. Han proliferado muchas variantes de estos artilugios, más caros, más baratos, con o sin sillín, e incluso las grandes ciudades se han visto inundadas de una flota de estos patinetes en modalidad de alquiler. Como de todos es sabido, el rápido crecimiento de las ventas de patinetes eléctricos ha cogido por sorpresa a los ayuntamientos y a la propia DGT, destapando limbos legales en cuanto a las condiciones con las que se puede circular y destapando asimismo incumplimientos de normativas municipales en el caso de las empresas de alquiler.
Durante algunos meses parecía que este boom se iba a desinflar porque los primeros bocetos de estas normativas, incluso tras la noticia del primer fallecimiento por atropello, parecían demasiado exigentes. Sin embargo, ahora a finales de año, parece claro que se va a poder circular por calles de un carril por sentido limitadas a 30 km/h, lo cual en el caso de la ciudad de Madrid habilita este tipo de transporte para ser usado en el 85% de las vías destinadas a la circulación, no así por las aceras o zonas restringidas a peatones, donde está terminantemente prohibido su uso. De momento, el uso del casco no está regulado, pero por supuesto que su uso es recomendable, como ya viene siendo costumbre entre una gran cantidad de patinadores. En cualquier caso, las últimas noticias legales de este mismo mes de diciembre han vuelto a convertir al patinete eléctrico en una muy buena elección como regalo navideño.
Los patinetes eléctricos con manillar y sin sillín son los más populares. La mayor parte de los modelos habituales y más asequibles alcanzan una velocidad de unos 25 km/h, justo el límite marcado por la DGT, y tienen una autonomía de unos 30 km. Suelen ser plegables y disponer de luz de tipo led. Pero, a partir de aquí, hay modelos que alcanzan velocidades que superan los 50 km/h, llevan sillín y cuentan con una pantalla informativa, en un amplio abanico de marcas, modelos y precios que se inicia en unos pocos cientos y finaliza en los millares de euros.
Finalmente mencionaremos los hoverboards y los «tipo Segway» como otra alternativa de movilidad sostenible, que son las variantes sobre dos ruedas paralelas transversales en vez de longitudinales. Los hoverboards son algo más asequibles que los patinetes, pero también los que menos velocidad y autonomía suelen ofrecer, y los «tipo Segway» serían una variante mucho más estable y todoterreno, aunque son los más caros del repertorio.
Con todo esto no nos equivocaremos al afirmar que la movilidad eléctrica, con su amplio espectro de variantes, va a ser protagonista en los regalos navideños este año.