A lo largo del día sumamos una gran cantidad de tiempo que pasamos en nuestro domicilio, oficina o cualquier otro espacio cerrado, por lo que estamos expuestos a las partículas del aire y la suciedad del ambiente durante horas.
La buena noticia es que gracias a los electrodomésticos se pueden controlar estos elementos contaminantes tóxicos o partículas alérgicas y crear entornos más saludables. Evitar problemas de salud o el empeoramiento del asma o alergias es posible gracias a los purificadores de aire. En el artículo de hoy vamos a hablar sobre algunos de los tipos disponibles en el mercado y de cómo elegirlos según nuestras necesidades:
- Filtración HEPA. Los filtradores de partículas de aire HEPA (High Efficiency Particulate Air) eliminan cualquier partícula de hasta 0,3 micras. Este tipo de purificadores de aire no generan ozono ni otros elementos perjudiciales para la salud.
- Filtración iónica. Estos purificadores no requieren de mucha potencia, si bien han sido creados para zonas pequeñas. La ventaja de este tipo es que no necesita cambiar el filtro y puede atraer partículas muy finas.
- Luz ultravioleta UV. Como su propio nombre indica, este tipo de purificador emplea un sistema de rayos UV para eliminar el moho, erradicando cualquier problema de salud que tenga relación con esta sustancia. Su inconveniente: este tipo de luz puede no llegar a algunos rincones de la casa.
- Filtración de carbono. Estos filtradores son ideales para eliminar los contaminantes de su entorno, además de olores y otros elementos, pero no es muy eficiente a la hora de purificar el entorno de microorganismos y algunos alérgenos.
Consejos a la hora de comprar un purificador de aire
Es importante tener en cuenta que la eficiencia del electrodoméstico no está ligada con el precio, sino que hay que considerar el lugar en el que vamos a utilizar el aparato, en qué momento del día y su finalidad.
– Estancia. Según el aparato, la capacidad de limpieza indicará un número determinado de metros cuadrados, lo que puede orientarte a la hora de considerar el tamaño máximo de la habitación que quieres purificar.
– Potencia. Este dato es importante respecto a la necesidad de limpieza, ya que si cuenta con más potencia hará el trabajo más rápido. Hay que recordar que según el tamaño de la habitación es necesario adaptar la potencia, reduciendo su intensidad si la habitación es más pequeña, lo que repercutirá positivamente en la factura de la luz.
– Tamaño. Aunque parezca una consideración menos relevante, lo cierto es que, además de la capacidad del trabajo, las dimensiones del purificador de aire repercuten en su trasporte. Se recomienda disponer de un único aparato para toda la casa e ir trasladándolo en las habitaciones deseadas, por lo que debéis tener en cuenta también este aspecto.
– Filtro. Como habéis podido comprobar con los tipos de purificadores, el filtro juega un papel muy importante, ya que marca la calidad del aparato. Hay que tener cuidado a la hora de mirar las características, ya que un “filtro tipo HEPA” no es un filtro HEPA, cuyos estándares establecidos son un 99,97% de eficiencia en todas las partículas de 0,3 micrones o superior. Su incorporación aumentará el precio, por lo que es importante que marquéis el tipo de purificador en función de vuestras necesidades.
– Velocidad. Los distintos tipos de purificadores de aire incorporan diversas velocidades. Los más comunes son el modo nocturno, modo turbo y modos intermedios. En este sentido el ruido, además de la rapidez de limpieza, marca una importante diferencia, siendo más intenso en el modo turbo y reduciendo el mismo en el modo nocturno, trabajando con un rendimiento mínimo.
Otras características a tener en cuenta, además del ruido (los más silenciosos no bajan de 30 decibelios), son las opciones de programación, la autonomía (con sensores para medir la suciedad que actúa en función de lo detectado, solo disponibles en gama alta), la incorporación de mando a distancia o las aperturas del aparato (por dónde sale el aire).