Reciclar es un hábito que ya tenemos interiorizado la mayoría de la población. Somos conscientes de lo importante que es para el medio ambiente y forma parte ya de nuestra rutina diaria. Separamos los plásticos, el cartón, el vidrio… y los depositamos en su contenedor correspondiente. Nos hemos convertido en unos expertos del reciclaje.
Pero ¿qué pasa con los aparatos eléctricos y electrónicos? ¿Qué pasa con nuestra lavadora cuando ya no funciona? ¿O con nuestro frigorífico? Pues que también se reciclan, aunque el proceso es un poco mas complicado y requiere de profesionales acostumbrados al manejo de los componentes de estos aparatos.
Empresas como la Fundación Ecolec dedicada a la gestión de residuos, hacen a diario una gran labor medioambiental proporcionando a la vez una segunda vida a los aparatos que nosotros desechamos.
Tal y como explican en su web:
“El proceso de gestión del residuo comienza en el momento en el que el aparato eléctrico y electrónico es desechado, recogido y transportado para su almacenaje y posterior tratamiento, y finaliza una vez obtenidas las materias primas a partir de las cuales se podrán fabricar nuevos AEE, u otros productos para su puesta en el mercado, es decir, su nueva introducción en el ciclo de vida del producto”
Por esta razón es tan importante que a la hora de comprar un nuevo aparato electrónico el vendedor nos recoja el antiguo. No en vano la ley les obliga a ello. Y si vamos a deshacernos nosotros de alguno de estos aparatos es importantísimo que lo llevemos al punto limpio mas cercano. Es la manera de que siga los cauces establecidos para que empresas como Ecolec los reciclen debidamente y no terminen como lamentablemente hemos visto alguna vez, en vertederos o en mitad del campo lo que tiene unas gravísimas consecuencias para el medio ambiente.
En este post te contamos cómo se reciclan también las lámparas y luminarias.