El pequeño comercio cuenta con una serie de ventajas con respecto a sus clientes que no tienen las grandes superficies. La atención personalizada, el conocimiento del cliente, el asesoramiento e incluso la cercanía física son algunas de las características esenciales de estos comercios, que suponen un importante valor añadido en el proceso de compra. Esto es precisamente lo que buscan los clientes cuando entran a una tienda a comprar un electrodoméstico.
Y las grandes superficies lo saben. De hecho, cada vez más grandes marcas situadas en las afueras de las ciudades o en grandes centros comerciales apuestan por abrir establecimientos en el centro, buscando precisamente reforzar su presencia en las pequeñas tiendas.
Con esta estrategia, se persigue principalmente estar cerca del cliente, tanto físicamente como en la atención personalizada que implica un pequeño comercio.